Ahora que nadie me oye, debo confesar que a esta la quería muchísimo.
Mi sirena gigante con su niña preciosa.
Aprendiendo a nadar desde el principio.
Cuando la cosí pensé que terminaría marchándose con esa persona que le cosió un futuro mejor a mi niña.
Al final se ha quedado con otra mujer maravillosa que sabe sacar adelante los sueños a base de amor.